Cuando el silencio se encerró en la soledad
tus latidos penetraron mis pupilas cegadas por la flama ardiente de dos candelas,
el miedo se hizo presente,
los temores afloraron
y el deseo me consumió.
Desconecte el reloj para detener el tiempo,
te robé el corazón para encerrarlo en mi locura,
mi piel se erizó junto a la tuya
y contemplé tus sueños mientras dormías junto a mi.
miércoles, 17 de abril de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario