Cuando quiero llorar me encierro en mi cabeza, no permito que el aire seque las lágrimas que me han costado tanto dolor. Cada día me levanto y veo tanta mierda que no sirve a mi alrededor, me pregunto que tengo que hacer para liberar poco a poco mi interior, dejarme llevar por los instintos y alejarme de las cosas sin razón.
Al transcurrir los días descubro que la vida es tan simple como el dolor, tan complicada como una caricia y tan agresiva como una flor. No entiende de razones pero tampoco de emoción, te prepara para algunas cosas y para otras tantas no.
domingo, 10 de junio de 2012
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